Maternidad y trabajo en México: El desafío de ser mejor profesional sin renunciar a la familia

Publicado el 12 de septiembre de 2025, 21:09

En un mundo laboral que valora la multitarea, la eficiencia y la resiliencia, pocas experiencias demandan y cultivan estas habilidades de forma tan intensa como la maternidad y la paternidad. La crianza de un hijo nos obliga a ser gestores del tiempo impecables, a priorizar lo urgente sobre lo importante, a desarrollar una empatía profunda y a mantener la calma en medio del caos. Es una escuela de habilidades blandas que va más allá de cualquier curso de liderazgo.

Sin embargo, a pesar de este potencial, la realidad en México es que el camino de la conciliación trabajo-familia está lleno de obstáculos y las cifras del IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad) lo demuestran.

La Radiografía de las madres trabajadoras en México

 

Según datos del IMCO, las madres mexicanas destinan una cantidad de tiempo desproporcionada a las tareas de cuidado no remuneradas (labores del hogar, cuidado de los hijos, etc.), las cuales pueden llegar a registrar hasta 40 horas a la semana: ¡más del doble que los padres! En contraste, las mujeres que no son madres dedican menos de 10 horas a estas tareas. Esta "doble jornada" de trabajo remunerado y no remunerado no solo limita su crecimiento profesional, sino que también afecta su bienestar físico y emocional.

El costo de esta disparidad es tangible: por cada 100 pesos que gana un hombre que no es padre, una mujer sin hijos gana 88 pesos, mientras que una madre gana apenas 72. El "impuesto a la maternidad" no es una metáfora; es una realidad que se traduce en una brecha salarial del 28% y una menor participación de las madres en la economía. Las cifras son claras: en 2023, la tasa de participación laboral de las mujeres sin hijos fue del 54%, mientras que la de las madres fue solo del 46%.

Necesitamos un cambio de paradigma

 

A pesar de estas estadísticas, hay un cambio de conciencia en marcha: cada vez más expertos y líderes empresariales reconocen el valor único que las madres y los padres aportan. Las habilidades desarrolladas en casa, como la gestión de crisis y la organización, son precisamente las que las empresas más necesitan para prosperar en entornos volátiles.

El desafío no es solamente reconocer estas habilidades, sino también crear las condiciones para que florezcan. No se trata de ofrecer "permisos especiales", sino de construir un sistema de apoyo integral que beneficie a todos los colaboradores, no solo a quienes tienen hijos.

 

Es el momento de que las empresas, universidades e instituciones educativas diseñen e implementen programas de flexibilidad (horarios escalonados, trabajo remoto, jornadas reducidas) y de apoyo a los cuidadores primarios. Esto no solo incluye a padres y madres, sino también a quienes cuidan de adultos mayores o de personas con alguna discapacidad. Es un cambio cultural que no solo impulsa el bienestar, sino que también crea una fuerza laboral más leal, diversa y productiva.

Porque el verdadero éxito no se mide solo en números, sino en la capacidad de construir una sociedad donde nadie tenga que elegir entre su desarrollo profesional y el cuidado de su familia. Es tiempo de que las empresas se conviertan en verdaderas aliadas de esta causa.

 

Ahora cuéntanos, ¿por qué consideras que es difícil para algunas empresas apostar por estos programas de flexibilidad y apoyo a colaboradores, en especial a cuidadores primarios, a pesar de los beneficios que podría representar para la organización?

Jorge Luis Morales
Familiólogo y CEO de Socii Consultoría

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