Una pregunta que a menudo puede llegar a resonar en la vida y pensamientos de miles de profesionales en México es: ¿realmente se puede lograr un equilibrio entre trabajo y familia? A veces, la respuesta parece evidente; otras, inalcanzable. Para quienes, como nosotros, hemos vivido la complejidad de equilibrar una carrera con las exigencias del hogar, es claro que este es uno de los mayores desafíos de nuestra era.
La persona es un ser social por naturaleza. Nos nutrimos de la convivencia, especialmente en el núcleo familiar. Cuando la familia se fortalece, se convierte en un espacio seguro que nos permite desarrollar nuestro máximo potencial. Sin embargo, ¿qué pasa cuando el trabajo lo consume todo?

El tiempo para convivir, para resolver conflictos, para crear recuerdos y para sentirnos amados es crucial. Estos espacios nos llenan de energía y nos permiten reconectar con nosotros mismos. Pero, ¿cómo lograrlo si la oficina exige el 100% de nuestro tiempo y energía?
Las estadísticas confirman esta realidad. Según datos presentados por Lucía Hernández Pinto, directora del Instituto Municipal de la Familia de Querétaro, en el Congreso de Balance Trabajo-Familia 2025, se refiere que, en México:
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3 de cada 10 personas trabajan una jornada laboral de más de 48 horas a la semana.
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El tiempo promedio de traslado a casa es de 2 horas diarias.
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Se dedican al menos 21.9 horas a la semana a trabajo doméstico no remunerado.
Al sumar estas cifras, la conclusión es contundente: al menos 21 horas de nuestro día están dedicadas a cumplir con obligaciones. Esto nos deja con un promedio de tan solo 3 horas para la familia, el autocuidado, el esparcimiento o la convivencia. Es la cruda realidad de la sobreexigencia que, como hemos abordado en otro artículo, nos ha convertido en un país que trabaja mucho para producir poco.

Las empresas con una visión humana están entendiendo que esta ecuación no funciona a largo plazo. Saben que un colaborador agotado, estresado y sin vida personal, es un colaborador que inevitablemente será menos productivo. Y que, con el tiempo, dejará de sentirse parte del equipo.
En Socii creemos firmemente que las empresas tienen el poder de ser el cambio. No se trata de trabajar menos, sino de trabajar con propósito, de forma inteligente y humana. El trabajo es una herramienta para nuestro desarrollo personal, no un mecanismo de esclavitud. El bienestar en el hogar se refleja directamente en el rendimiento en la oficina. Por ello, queremos ser ese aliado que te ayude a construir una cultura donde el bienestar y la productividad no se vean como opuestos, sino como auténticos aliados. Si deseas dialogar con nosotros para implementar este tipo de cultura en tu organización, no dudes en contactarnos.
Comparte con nosotros: ¿Cuál consideras que es el mayor obstáculo para conciliar la vida laboral y familiar en tu empresa o en tu sector, y qué has visto que realmente funciona para superarlo?

Dalia Aguilar
Familióloga y COO de Socii Consultoría
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